miércoles, 19 de febrero de 2014

COMO EVITAR EL MAL VOCABULARIO EN LOS NIÑOS




¿QUÉ HACER CUANDO LOS NIÑOS USAN "MALAS PALABRAS", EN SU VOCABULARIO?




Probablemente todos los niños dicen o han dicho alguna palabra fea en algún momento de sus vidas. Sin embargo, algunos desarrollan este comportamiento que e convierte en un hábito serio. Los padres por lo general no saben cómo manejar el tema para evitar que sigan usando esas palabras hirientes, groseras, horribles y cuando las escuchan por vez primera su asombro les impide decir algo para impedir que esto continúe.

Cuando los niños son pequeños y dicen estas malas palabras, generalmente se trata de un acto de repetición de lo que han escuchado. Están solamente aprendiendo a usar el lenguaje para comunicarse así que imitan cualquier palabra que escuchan pero no están intentando herir u ofender a nadie; solo desean desarrollar sus habilidades verbales.

Los niños más grandes dicen males palabras debido a varias razones. Si se trata de una palabra que no usan a menudo, posiblemente la usen sin darse cuenta de que es ofensiva. Quizás solo consideran que es una palabra chévere y nueva para ellos. En ocasiones los niños también usan palabras groseras para llamar la atención y los padres, por supuesto, muy sorprendidos intentan ignorarlas, en especial si las dicen fuera de cualquier contexto lógico. Sus reacciones suelen ir de la ira a la risa y por ello, la próxima ocasión en que el niño busque atención, repetirá la palabra porque sabe que la misma concitó la atención de sus padres. Desafortunadamente, esto suele producirse en los momentos más inoportunos.

Cuando los niños crecen se empiezan a dar cuenta de que hay palabras que se consideran ofensivas y por lo general dejan de usarlas pero, al llegar a la adolescencia, nuevamente les pica la lengua por pronunciarlas, en especial cuando se sienten frustrados o quieren herir a otros. Pero también están aquellos chicos que usan las palabras groseras para llamar la atención cuando se encuentran dentro de su grupo de amigos.

Se aconseja a los padres no reaccionar con hostilidad cuando los hijos dicen malas palabras porque si se hace una película del asunto, muy posiblemente causará el efecto contrario al buscado y los hijos las seguirán usándolas para perturbar a sus padres con ello.

También es importante no reír cuando dicen malas palabras porque, a pesar de que a veces pueden producir hilaridad, la risa de los padres hará que ellos busquen repetir la ocurrencia que causó esa risotada y usen más tarde la palabra porque quieren que vean lo chistosos que ellos son.

Sin embargo, lo más importante es que los padres tengan cuidado con el lenguaje que usan en frente de sus hijos porque ese es el ejemplo que reciben en casa y si los padres dicen palabras groseras frecuentemente, no tendrán la autoridad suficiente para impedir que sus hijos hagan lo mismo.

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